Artrosis en gatos

Hasta hace poco la artrosis en gatos pasaba desapercibida ya que los gatos son expertos en disimular los signos de dolor y puede resultar complicado para los propietarios identificar los síntomas asociados a esta enfermedad. Sin embargo, mas del 80 % de los gatos mayores presentan signos de degeneración articular.

¿Alguna vez has notado cambios en su manera de jugar o saltar? ¿al subir o bajar de los sitios? ¿y en el acicalamiento? Cambios en estos comportamientos podrían estar indicando dolor por artrosis.

En algunos casos pueden notarse dificultad para subir o bajar de los muebles.

Puede ser primaria o secundaria a traumatismos, malformaciones, enfermedades de desarrollo (luxación de rótula, displasia…). Y a diferencia de los perros, la artrosis primaria está descrita en animales con articulaciones normales que no han sufrido ningún tipo de traumatismo (la más frecuente es en animales mayores).

Los síntomas más característicos son dolor articular y rigidez, especialmente en cadera, rodillas y codos. En algunos casos pueden notarse cojeras, exceso de acicalamiento, mal pelaje y nudos, dificultad de defecación, dormir en sitios de más fácil acceso, dificultad para subir o bajar de los muebles, reducción de la interacción con el propietario o cambios en el grado de actividad.

En la exploración clínica podemos observar atrofia muscular secundaria a la falta de actividad, crepitaciones, engrosamiento y/o disminución del rango de movimiento de las articulaciones o cambios posturales debidos al dolor articular.

Tras la exploración clínica debe realizarse un estudio radiológico,se suelen realizar radiografías en dos proyecciones para valorar la articulación afectada.

El manejo de esta enfermedad debe ser multimodal y debe ir encaminada a ralentizar su progresión, reducir inflamación, mejorar la calidad de vida de estos pacientes y aliviar el dolor y las molestias.

Artrosis de rodilla en gato. Paciente de Vetclan.
  • Antiinflamatorios no esteroideos. Tratamiento muy eficaz para el control del dolor, pero debe usarse con precaución en animales mayores debido a que tienen contraindicaciones en caso de enfermedad renal o hepática.
  • Anticuerpos monoclonales mediante inyección subcutánea mensual de acción prolongada con buen perfil de seguridad.
  • Analgésicos.
  • Condroprotectores, diseñados para proteger las articulaciones.
  • El láser terapéutico tiene la capacidad de disminuir el dolor, reducir la inflamación e incrementar la microcirculación.
  • La rehabilitación ayuda a impedir el aumento de la rigidez en la cápsula articular y la musculatura debido a la inactividad, así como el restablecimiento de la movilidad. 
  • El control de peso jugará un papel fundamental en el manejo de esta enfermedad.

Los propietarios, además, pueden ayudar mucho al animal haciendo cambios sencillos en casa:

  • Colocar camas en zonas sin corrientes de aire.
  • Ponerles camas más blandas o más confortables.
  • Facilitar el acceso al comedero, bebedero y arenero (bandeja baja/sin puerta…).
  • Colocar camas a nivel del suelo para evitar que tenga que subir y bajar.
  • Reforzar el cepillado y el corte de uñas.
  • Dietas especiales diseñadas específicamente para problemas articulares o dietas de adelgazamiento.

En conclusión, el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad permite mejorar mucho la calidad de vida de nuestros pacientes geriátricos, pero se deberá evaluar a cada paciente individualmente. Antes de empezar cualquier medicación se deberá descartar la presencia de otras enfermedades.


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