El colapso traqueal es un estrechamiento de la luz traqueal que impide el paso normal del aire durante la respiración. Se trata de un signo de enfermedad crónica, progresiva e irreversible.
Anatomía y fisiopatología de la enfermedad
La tráquea es un tubo flexible con pequeños anillos de cartílago que ayudan a mantener las vías respiratorias abiertas cuando el perro respira, se mueve o tose. Los anillos de cartílago no están totalmente cerrados, presentan forma de C, con la parte abierta mirando hacia arriba.

La falta de fuerza en la estructura traqueal se debe una enfermedad degenerativa que afecta al cartílago que mantiene la forma cilíndrica de la tráquea y ésta comienza a aplanarse. A medida que el techo de la tráquea se estrecha, los anillos de cartílago se hacen más planos progresivamente hasta que la tráquea se colapsa. El estrechamiento puede afectar a la zona cervical de la tráquea (en la parte del cuello), a la zona intratorácica (en la parte de la tráquea que discurre dentro del tórax) o a ambas.
Factores predisponentes
Actualmente se conocen los siguientes factores predisponentes:
- Los perros de razas pequeñas como Yorkshire terrier, pomerania, caniche y chihuahua.
- Se observa con más frecuencia en adultos o geriátricos, aunque puede presentarse también en algunos perros jóvenes.
- Los perros con sobrepeso.
- Existe una predisposición ambiental. Los pacientes que viven en casas con fumadores pueden tener un mayor riesgo o al menos más probabilidades de presentar signos clínicos.

Signos clínicos del colapso traqueal
Podremos observar los siguientes síntomas:
- Tos seca y áspera que suena como un ganso graznando que ocurre al levantarlo o al tirar de la correa, cuando se pone nervioso.
- Intolerancia al ejercicio.
- Ponerse azul al estar nervioso.
- Sonido sibilante al inspirar.
- Dificultad para respirar, desmayo o asfixia, requiere atención inmediata.
Diagnóstico
Las pruebas recomendadas para diagnosticar el grado de colapso, proporcionar una imagen clara de la salud general y evaluar a la mascota son las siguientes:
- Análisis de sangre para comprobar la salud general
- Las radiografías de tórax son útiles para descartar otras enfermedades. Aunque, lamentablemente, el colapso traqueal no siempre resulta visible en las radiografías normales.
- Fluoroscopia (técnica de rayos X en movimiento): esta prueba permitirá comprobar el estado de la tráquea del perro cuando inspira y espira. Permitiendo ver el cambio de tamaño de la tráquea cuando el perro está inspirando o espirando.
- Endoscopia (visualización del interior de la tráquea con una cámara de fibra óptica) es la técnica de elección para diagnosticar del interior de las vías respiratorias y permite al veterinario tomar muestras para realizar cultivos, citologías y biopsias descartando posibles patologías causantes de los síntomas o que empeoran estos. Se puede hacer una graduación para valorar la gravedad de la patología que va del I a V. Siendo I aquellos casos con una disminución del diámetro del 25% y V lo casos en los que la luz se ve disminuida hasta un 90%.
- Ecocardiografía (una ecografía del corazón): para evaluar la función cardíaca que puede verse afectada dando hipertensión pulmonar.
Tratamiento del colapso traqueal
El control médico de la enfermedad se basa en la pérdida de peso junto con el uso de medicamentos tomados por vía oral o inhalados que ayudan a reducir los espasmos y la inflamación que estos producen en las vías respiratorias. En el caso de crisis respiratoria es necesario usar sedantes para reducir la tos y la ansiedad.
Los factores ambientales también son importantes por lo que adicionalmente, los perros deben mantenerse alejados del humo y otros contaminantes medioambientales.
El control médico puede funcionar en hasta un 70 % de los perros, especialmente en aquellos que tienen un colapso leve. A medida que la enfermedad progresa, algunos perros no responden al control médico y necesitan un tratamiento quirúrgico o intervencionista. El control médico tendrá que mantenerse de por vida, incluso después de otras intervenciones.
El control quirúrgico se basa en el tratamiento de la enfermedad colocando espirales o anillos de plástico alrededor de la parte exterior de la tráquea, así como colocando un stent dentro de la vía respiratoria para mantener la tráquea abierta.

Estas opciones de tratamiento no están exentas de complicaciones como rotura traqueal o estenosis de la zona operada. Los pacientes que reúnen las condiciones para someterse a esta cirugía son pocos y deben estudiarse con cautela.
Fuente de imágenes: colapso traqueal y colocación de stent.
Escrito por: Laura García
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