Hipertensión pulmonar

El término «hipertensión pulmonar» hace referencia al aumento de presión en la vascularización pulmonar. Esta patología puede ser primaria o secundaria a otras enfermedades de origen cardíaco, respiratorio incluso sistémico.

Hay razas predispuestas a padecer aumento de la presión pulmonar secundaria a fibrosis pulmonar como el West Highland White Terrier y el Pekines.

Los pacientes con enfermedades cardíacas genéticas que producen alteraciones hemodinámicas como conducto arterioso persistente.

La edad también es un factor para tener en cuenta: Es más común encontrar pacientes de más de 7 años que presentan hipertensión pulmonar secundaria a enfermedades, como la enfermedad degenerativa de válvula mitral.

La hipertensión pulmonar producida por Dirofilaria o Angiostrongylus es más probable en zonas endémicas.

La enfermedad consiste en el aumento de la presión que existe en la vascularización pulmonar producida por falta de distensión de los vasos, aumento de volumen sanguíneo o aumento de presión.

Representación de la circulación sanguínea dentro del corazón.

El aumento de la resistencia a la salida de la sangre del ventrículo derecho hacia el pulmón hace que la velocidad de la sangre que atraviesa la válvula pulmonar sea mayor, además, a largo plazo disminuye la cantidad de sangre que sale por ésta. Esta situación incrementa el volumen que queda retrasado en el ventrículo y esto aumenta la presión en el ventrículo derecho.

La intensificación de volumen y presión en el corazón derecho actúa dilatando el ventrículo, llega a vencer la potencia de cierre de la válvula tricúspide apareciendo una regurgitación hacia la aurícula derecha.

El acúmulo de sangre en la aurícula derecha provoca el retraso de la entrada de sangre desde la cava provocando una falta de drenaje venoso.

Las causas que llevan al aumento de la presión en la circulación pulmonar son variadas:

  • Precapilar: se debe al aumento de la resistencia vascular pulmonar. Común en enfermedades del parénquima pulmonar de origen infeccioso, tromboembólico o parasitario.
  • Postcapilar: se debe al aumento de presión y/o el volumen de sangre en la vascularización pulmonar se produce por enfermedades cardíacas.

Los síntomas más evidentes son:

  • Sincope al realizar esfuerzos.
  • Distrés respiratorio.
  • Intolerancia al ejercicio.
  • Toses secundarias enfermedades respiratorias o edema pulmonar.

Debemos empezar con una completa exploración general y específica:

Durante la exploración general se pueden detectar alteraciones importantes.
  • En la auscultación se puede detectar soplo y/o sonidos pulmonares anómalos.
  • Aumento del tamaño abdominal por déficit en el retorno venoso.
  • Aumento visible de la yugular.

Los síntomas comienzan a ser visibles cuando la hipertensión es moderada. Si el veterinario sospecha de un problema relacionado con la hipertensión pulmonar se deben realizar pruebas complementarias para detectar el aumento de presión y la causa subyacente.

A nivel laboratorial, se debe realizar analítica sanguínea completa, uroanálisis además de análisis de heces para descarta infecciones y enfermedades sistémicas. Se recomienda realizar pruebas de coagulación, dímero D para valorar la presencia de problemas de coagulación. Por último se debe descartar la presencia de dirofilaria.

En la radiografía se puede observar aumento del lado derecho del corazón con aumento de la arteria pulmonar. A veces se puede ver dilatación de la vena caudal e infiltrados pulmonares.

La prueba de elección para la detección de hipertensión pulmonar es la ecocardiografía. Mediante esta se puede diagnosticar causas subyacentes cardíacas. Un cambio de los flujos en la arteria pulmonar o en la válvula tricúspide nos indica aumento de presión en la circulación pulmonar.

Una vez diagnosticado, estadificado y confirmada la causa. Se instaurará un tratamiento que busca mejorar el cuadro clínico y la calidad de vida.

Lo primero será tratar la causa subyacente, si es posible, como enfermedades infecciosas y tromboembólicas. Además, será necesario estabilizar si está presente un fallo cardíaco congestivo derecho.

Si el origen es una enfermedad crónica o no dispone de tratamiento la hipertensión pulmonar puede mejorar usando fármacos vasodilatadores que tengan efecto en la vascularización pulmonar.

Los más usados son sildenafilo y pimobendam. El sildenafilo es el fármaco de elección debido a la que solamente modifica la vascularización pulmonar.

El pronóstico es variable y depende del origen de la hipertensión pulmonar. Por ello, la detección de la causa y el control de la evolución de la hipertensión pulmonar es importante ya que puede tener consecuencias graves.


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