Los sacos anales son dos estructuras anatómicas localizadas bajo la piel a cada lado del ano. Su principal función es el marcaje.
Dichas estructuras son como pequeñas bolsas encargadas de almacenar un fluido singular, de fuerte olor y color habitualmente castaño, que es drenado al exterior durante la defecación y que además lubrica en cierta medida el bolo fecal.
El conjunto de patologías de los sacos anales puede definirse como enfermedad del saco anal (ESA). Y engloba:
- Inflamación o saculítis,
- Infección
- Causas que provoquen problemas para su correcto funcionamiento y vaciado.
Síntomas de enfermedad de los sacos anales en los perros
Los síntomas comunes de ESA y que pueden ser signos de alarma son:
🚩 Lamido y automutilación del periné.
🚩 Eritema (enrojecimiento de la piel de la zona afectada).
🚩 Signo del trineo (arrastre de la zona perianal con fricción del ano contra el suelo).
🚩 Tenesmo (intentos continuos de defecar).
🚩 Disquecia (dificultad para defecar, que implica dolor y como consecuencia retención voluntaria de heces, que puede desembocar en estreñimiento crónico).
🚩 Absceso y fistulización, como consecuencia de la infección producida por la acción de las bacterias gastrointestinales; creando un absceso que puede llegar a provocar una fístula y abrir una herida en la piel del lateral del saco anal afectado.
Hay situaciones que predisponen a que nuestras mascotas sufran problemas en los sacos anales, entre ellas están:
👎🏽 Obesidad
👎🏽 Falta de fibra en la dieta
👎🏽 Heces poco formadas o diarrea crónica
👎🏽 Traumatismo de la zona periana
Tratamiento
En los casos más leves suele bastar con drenar los sacos manualmente y aplicar tratamiento tópico.
Si se produce un absceso, además de vaciarlo y limpiarlo, será necesario administrar antibioterapia y analgesia sistémicas (tratamiento oral o inyectado).
Por último, y solo en los casos más serios y recurrentes, puede ser necesario recurrir a la cirugía; que consistirá en la extracción de uno o los dos sacos
Como se ha descrito anteriormente los problemas en los sacos anales pueden llegar a ser muy graves y producir signos sistémicos como fiebre, anorexia y malestar general.
Es importante revisar de forma periódica la zona del periné de nuestra mascota y acudir a consulta veterinaria ante cualquier síntoma de los descritos. Como siempre, mantenernos informados para intentar prevenir el desarrollo de patologías de los sacos anales es la mejor solución.