Rehabilitación en traumatología veterinaria

Rehabilitación en traumatología veterinaria

La rehabilitación es un conjunto de terapias no invasivas de reciente utilización en veterinaria en España.

Es aplicable a multitud de casos y pacientes, siendo especialmente útil en casos de traumatología y neurología.

En la clínica veterinaria entendemos por traumatología cualquier proceso que afecte al sistema músculo-esquelético. Desde un golpe que produce una contusión a una fractura múltiple. Alteraciones genéticas o degenerativas en huesos o músculos. Cirugías correctivas o accidentes. Cualquiera de estos procesos necesita de una intervención veterinaria para corregir el problema e intentar restablecer la funcionalidad habitual lo antes posible.

Hasta hace unos años, en veterinaria, los medios de los que disponíamos para tratar casos de traumatología se limitaban a la cirugía y los fármacos.

Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que la recuperación es mucho más rápida y efectiva si combinamos los tratamientos clásicos con la rehabilitación y fisioterapia. Asimismo, nos ayuda a disminuir la dosis de medicamentos que necesitamos administrar, con el consiguiente beneficio para el paciente. En ocasiones, además, nos permite evitar o retrasar el paso por quirófano.

En algunos casos realizar o no rehabilitación es la diferencia entre que la recuperación sea total o solo parcial.

La rehabilitación es una especialidad multidisciplinar. Abarca técnicas muy diversas y las combina  de formas distintas en función de las necesidades de cada paciente. De entre todas las técnicas cabe destacar las siguientes:

Movilización pasiva de las articulaciones y estiramientos

El cartílago articular es un tejido sin vascularización. Es decir, no se nutre a través de la sangre, como sucede prácticamente en todos los demás tejidos del cuerpo. La nutrición del cartílago articular se produce por ósmosis (intercambio de partículas) a través del líquido sinovial. Por este motivo, cuanto más se mueva una articulación, más contacto tendrá la totalidad del cartílago con el líquido sinovial y mejor será su nutrición y renovación.

En procesos en los que genéticamente la articulación no se forma de manera adecuada (por ejemplo, en la displasia de cadera o codo, https://www.vetclan.com/displasia-cadera/, la mala alineación de la articulación hace que haya zonas de cartílago que no entran en contacto con el líquido sinovial). Lo mismo sucede cuando un paciente tiene un accidente o realizamos una cirugía y durante una temporada no puede moverse o caminar. Para que todo el cartílago entre en contacto con el líquido sinovial la articulación debe moverse.  Ese es el trabajo que realizamos mediante la movilización pasiva.

Termoterapia

En rehabilitación usamos el calor local para tratar las inflamaciones crónicas y el frío para tratar inflamaciones agudas y edema.

El calor nos ayuda también a aumentar la flexibilidad y laxitud de articulaciones y músculos, permitiéndonos una mayor movilidad, por lo que se suele combinar con la movilización pasiva y estiramientos.

Electroestimulación

Existen multitud de funciones de electroestimulación para distintas patologías, tantos traumatológicas como neurológicas. Las de uso más frecuente son el TENS, que consigue controlar el dolor, y la NMES, que ayuda a fortalecer la musculatura en casos en los que los pacientes no pueden muscular adecuadamente por sí mismos.

Electroestimulación en perros

Ultrasonidos

Mediante la aplicación de ultrasonidos conseguimos calentar los tejidos más profundamente que con aplicación de calor local. Con ello aumentamos su flexibilidad y movilidad, reducimos el dolor y la inflamación y mejoramos el flujo sanguíneo.

También son muy útiles para favorecer la cicatrización más efectiva de heridas y fracturas.

Láser

Existen distintos tipos de láser en el mercado para diversas modalidades de tratamiento.

Para que la terapia láser sea útil en rehabilitación, debemos usar un láser suficientemente potente, el llamado tipo 4.

Este tipo de terapia es útil para tratar casos de artritis, reparación de fracturas óseas y del cartílago, patologías en ligamentos y tendones, alteraciones neurológicas, control del dolor y cicatrización de heridas.

Ejercicios (movilidad activa)

Para que un animal se recupere de un proceso traumático es esencial que se mueva (si la patología lo permite). Cuanto más tiempo permanezca inmovilizado más lento será y peor pronóstico tendrá el proceso de recuperación.

En rehabilitación combinamos ejercicios de movilidad pasiva con ejercicios activos e hidroterapia (siempre dentro de lo posible) para tonificar los músculos, aumentar el rango de movimiento de las articulaciones y mejorar el estado físico general del animal.

Masajes

Aumentan el flujo sanguíneo a los músculos, favoreciendo la relajación después de los ejercicios y terapias de la sesión de rehabilitación, reduciendo el dolor posterior a la sesión y mejorando la movilidad. Se pueden usar también para tratar algunas patologías musculares, como las contracturas leves y las sobrecargas.

Las sesiones de rehabilitación se formulan siempre en función de cada caso. Los tratamientos varían incluso en un mismo paciente a medida que evoluciona. Por lo que cada caso tiene que ser evaluado individualmente antes de empezar con la terapia.

Las sesiones suelen durar entre 45-60 minutos; dependiendo de las técnicas que necesitemos aplicar y del paciente. En cualquier caso, nunca conviene superar los 90 minutos. Es importante tener en cuenta la actitud paciente, ya que si está cansado, disminuye la eficacia.

María Blázquez Robles, Veterinaria